El último de los encuentros formativos organizados por la plataforma MAR-Mujeres Artistas Rurales tuvo lugar esta localidad monegrina, donde adquirieron nuevas habilidades para potenciar sus proyectos y además, tuvieron la oportunidad de convivir.
Los encuentros formativos para creadoras rurales impulsados por la plataforma MAR (Mujeres Artistas Rural) se despiden con un positivo balance, ya que han mejorado las habilidades y herramientas de las inscritas y además, han favorecido su convivencia e intercambio de ideas. También han conseguido reforzar e inspirar a las participantes desde el ejemplo.
El último de los encuentros EntreMares tuvo lugar los días 11, 12 y 13 de noviembre en Frula y sumó la participación de una veintena de mujeres, desde artesanas a directoras de cine o artistas de circo. Con el ánimo de dar un impulso a sus carreras creativas, y tomando como ejemplo las sesiones organizadas en esta localidad monegrina, las inscritas pudieron disfrutar de talleres enfocados a trabajar la comunicación en público a través del arte de la improvisación, la fotografía de producto, el marketing digital y la redacción y presentación de proyectos a convocatorias y ayudas. Las sesiones fueron muy similares en los otros dos encuentros, el organizado en Munébrega (Zaragoza) y Fortanete (Teruel). Los tres contaron con el apoyo de la Fundación “la Caixa” y el Instituto Aragonés de la Mujer.
En cada población, lo mejor fue el balance de las inscritas, que ya han comenzado a aplicar los conocimientos adquiridos y que agradecieron las horas de convivencia. «La formación y el encuentro con las compañeras ha sido muy estimulante y hermoso», señaló la cantante y compositora oscense Ana Diáfana. A Frula, llegaron muchas mujeres oscenses, pero también de otros puntos de Aragón, como la turolense Sara Bosque, artesana textil y botánica (La chica Cabeza de Bosque), o la ilustradora y pintora zaragozana Edurne Cacho. Para esta última, resultó «muy inspirador conocer a tantas mujeres poderosas».
A través de diversos talleres, impartidos por profesionales de la fotografía, el teatro, la asesoría digital y la pedagogía artística, las participantes adquirieron conocimientos útiles para poner en práctica en su trabajo diario. A ello, al pasar juntas todo un fin de semana, sumaron la posibilidad de crear sinergias, intercambiar ideas y encontrar puntos en común para seguir desarrollando su actividad en el medio rural.
En Frula, como ejemplo, se alojaron en el albergue-restaurante El Arco y además, utilizaron otras dependencias cedidas por el Ayuntamiento, que ofreció todo tipo de facilidades para la celebración del encuentro y que obsequió a cada una de las participantes con una reproducción de un paisaje del municipio monegrino realizado por la pintora María José Chinestra, afincada desde hace años en esta localidad, donde tiene su taller de pintura y marquetería artesanal (Marco Precortado). La artista también se unió a los talleres organizados. «En Frula nos hemos sentido como en casa. Ojalá podamos repetir en un futuro», señaló Marta Gimeno, coordinadora de estos encuentros formativos.
Colaboración y participación en los talleres
En esta población, las clases dieron comienzo el sábado por la mañana con un taller de improvisación y clown a cargo de la artista monegrina Patri Coronas (clown, bufona y actirz) y un curso de fotografía de producto impartido por la fotógrafa oscense Paula Simón. Ambos continuaron a primera hora del domingo con ejercicios prácticos que permitieron a las asistentes poner en práctica lo aprendido el día anterior. En el caso del taller de fotografía, las creadoras realizaron fotografías de sus piezas y productos bajo los consejos y recomendaciones de Simón, y con la colaboración de todas las participantes, quienes improvisaron, con materiales cotidianos como cartulinas y sábanas, un espacio adecuado que diese a sus imágenes la iluminación y composición correctas.
Para la artesana oscense Erica Urdeitx, de Creaciones la Luna, «las profesoras se volcaron con cada uno de nuestros proyectos, formando parte de él durante unas horas, lo que se traduce en que salimos de estos encuentros fortalecidas y enriquecidas de saberes nuevos y apoyos que ya quedarán para el futuro».
En el taller de improvisación no faltaron las risas y la diversión, así como tampoco los continuos aprendizajes sobre comunicación en público. A través de varias dinámicas del mundo del teatro y el circo, Coronas transmitió seguridad y confianza en una misma y enseñó a perder el miedo a los posibles fallos.
Si algo está claro es que todas las formaciones guardan conexión entre sí: ya que esa seguridad a la hora de expresarse adquirida en el taller de improvisación puede ser puesta en práctica en el taller de marketing digital. Este tuvo lugar en tres sesiones divididas entre el sábado y el domingo. Las asistentes al curso se encontraron diferentes retos, ya que muchas creadoras dicen ver en el marketing y las redes sociales una asignatura pendiente, aunque necesaria para llegar a más gente y dar a conocer su trabajo. Aprender a venderse, a colocar sus productos y a llegar a sus potenciales clientes fue la premisa de este taller, impartido por la asesora digital y community manager Sara Freelance (www.sarafreelance.com), quien ofreció herramientas para promocionar publicaciones y crear anuncios en redes sociales. «He aprendido la importancia de tener el control de todos los aspectos de la empresa y tener ganas de reconciliarme con las redes entendiendo todo el potencial que tienen si se hace un buen uso de ellas», explicó la joven artesana Inés Castán, de Cuerdas Locas.
En el taller de redacción de proyectos, celebrado el sábado por la mañana e impartido por María Matas, coordinadora pedagógica y artística, ofreció una serie de claves a la hora de presentar proyectos a convocatorias institucionales y otras subvenciones. Además de abordar la gestión del presupuesto, Matas animó a las participantes a convertir su idea en un esquema, con el fin de aterrizar conceptos y tener claras las líneas necesarias a la hora de dar forma a su proyecto.
Interconectar a mujeres artistas rurales
Uno de los objetivos de estas píldoras formativas era el de interconectar al mayor número posible de las creadoras que forman parte de MAR – Mujeres Artistas Rurales, una red de artistas y artesanas que ya cuenta con 325 integrantes. Desde el nacimiento del proyecto, en febrero de 2021, decenas de mujeres han pasado a formar parte de una base de datos accesible para ayuntamientos, comarcas, entidades y demás instituciones y cuya intención es reducir la dependencia cultural hacia las ciudades. Una base de datos accesible y gratuita a la que se accede a través de web mujeresartistasrurales.es
Por eso, las conexiones e inquietudes que han despertado los tres encuentros #EntreMares entre sus participantes no acaban cuando termina el fin de semana. Muchas de ellas mantienen el contacto más allá del encuentro y dan continuidad, por su cuenta, a los proyectos iniciados. Para muestra, un ejemplo: Guada Caulín, profesora del taller de fotografía de producto en el segundo encuentro, celebrado en Fortanete, creó un grupo de WhatsApp con las alumnas para compartir fotos, consejos de edición y motivarse a seguir aprendiendo.
Los encuentros EntreMares son solo una de las acciones que está llevando a cabo la plataforma MAR – Mujeres Artistas Rurales en las tres provincias aragonesas. Organizan también actividades culturales de pequeño formato y festivales multidisciplinares e itinerantes, como el que tuvo lugar el pasado 15 de octubre en Cantavieja (Teruel). Acciones que buscan visibilizar el trabajo y potencial de las creadoras rurales de Aragón con el objetivo de generar empleo y garantizar su permanencia en el medio rural.
cat: Cultura, vaobulcary: 3089500
cat: Fomento y desarrollo, vaobulcary: 3089500