Frula ha sido el lugar elegido para la salida y llegada de las dos rutas diseñadas.
Víctor Canales, vecino de Zaragoza, e Iñigo Pérez, procedente de La Rioja, han formado parte este sábado del pelotón de aficionados a las bicicletas clásicas que ha rodado por la zona norte de Los Monegros, donde ha vuelto a celebrarse La Monegrina, un evento singular que rinde tributo a los cuadros de acero y los maillots de lana.
«Hemos venido con el único objetivo de disfrutar y compartir nuestra pasión», ha indicado Canales, que ha participado con una Bianchi del 78. «Aquí nadie compite; se trata de disfrutar del paisaje, convivir y divertirse», ha añadido Pérez, que ha completado el itinerario con una Orbea de los años 80.
Con salida y llegada a la localidad de Frula, la vuelta del evento, que llevaba dos años sin celebrarse debido a la pandemia, ha traído novedades. De hecho, ha incorporado una modalidad de larga distancia, que han estrenado nueve corredores, todos ellos curtidos y preparados. El resto de los inscritos, que rondaban los 80, han optado por su modalidad habitual, una ruta cicloclásica de 60 kilómetros, que ha atravesado diferentes localidades cercanas a la sierra de Alcubierre.
El lituano Justinas Leveika, asentado en Noruega, ha sido el más rápido en recorrer los 300 kilómetros de la primera edición de la Monegrina Classic Divide. Y lo ha hecho en tan solo 11 horas y 40 minutos. La salida tuvo lugar la tarde de este pasado viernes y por lo tanto, la mayoría del recorrido trascurrió durante la noche. Al corredor, de gran experiencia, le han sobrado fuerzas, lo que le ha llevado a tomar parte también de la cicloclásica, que ha arrancado este sábado a las 9.00.
Inspirada en el espíritu randonneur de los ciclistas pioneros, los nueve inscritos disponían de 18 horas para completar el itinerario, con ocho puntos de paso obligatorio y la posibilidad de elegir la ruta más deseada. Todos ellos estaban obligados además a tirar de autosuficiencia, ya que ni había puntos de avituallamiento ni asistencia en carretera. «La experiencia ha sido fantástica. Ha sido precioso disfrutar del atardecer en Los Monegros y del acompañamiento de la luna llena», ha señalado Leveika, atraído por la oportunidad de «disfrutar de una prueba diferente». El corredor ha logrado vencer en varias pruebas de prestigio a nivel internacional.
La Monegrina Classic Divide no tiene carácter competitivo. Tampoco la cicloclásica, que, tal y como han señalado los inscritos, ha sido la excusa perfecta para volver a rodar juntos por las carreteras de Los Monegros.
Los horarios elegidos para cada marcha buscaban que unos y otros pudieran estar de vuelta al mediodía en la localidad de Frula, donde iban a compartir comida y después, el visionado por televisión de una nueva etapa de la Vuelta a España. Para finalizar, habrá fiesta de despedida en las piscinas. Además, a lo largo de toda la jornada es posible disfrutar de una exposición de bicicletas clásicas de competición, que forman parte de la colección del turolense David Martín. La más antigua es una Royale Auvegne de 1910 y, entre las más curiosas, destaca una Colnago de 1994 utilizada por el campeón del mundo en ruta y contrarreloj Abraham Olano.
La Monegrina está organizada por Ciclofactoría y Artmósfera, con la colaboración del Ayuntamiento de Almuniente-Frula, la Diputación de Huesca y Tu de Huesca.
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