Almuniente: la curiosa historia del rock, el cine y los empanadicos

Almuniente tiene en Monesma e Hijos una de las firmas panaderas más conocidas de Huesca, amén de un bar en el que se venera a AC/DC y una joven artista que despunta en la fotografía de cine

HERALDO DE ARAGÓN.- Frula dobla en población a Almuniente; ambos son los pilares del municipio cuya titularidad asume el segundo enclave, más rico en historia; situada en la estribación noroeste de Los Monegros, la localidad afronta los problemas comunes a todo el entorno rural aragonés, sí, la despoblación también afecta aquí, con imaginación y ganas. Sebastián Bolea, vecino veterano, personifica ese espíritu en pleno paseo vespertino al señalar con orgullo la panadería de Ignacio Monesma e hijos, famosa en toda la comarca. Tampoco se queda corta en elocuencia y entusiasmo Joseline Torrijo; está desde hace dos años al frente del Ferrete, el bar municipal.

"Llevo 33 de mis 42 años en Almuniente, así que me considero de aquí. En Almuniente me casé, y en Almuniente fundaron este bar mis padres; yo ayudaba desde chavala, hasta que me fui a ocuparme de mi familia. Hace dos años me animé a probar, estaba sin trabajo en ese momento, esto llevaba año y medio cerrado y no podía ser". Joseline no se ha arrepentido del paso dado, aunque no siempre le resulta sencillo seguir con el ánimo en alto. "Amo el bar como si fuera mío, mi Ferrete, pero no es fácil; cuando pasó el boom de la apertura, se notó y estamos los que estamos. Hay un salón espectacular para hacer cosas, aquí se trata a la gente de lujo, pero la fiesta se vive menos ahora que en mis años de juventud: se echa de menos aquel ambiente".

Joseline tiene una guitarra colgada de la pared, a la que está buscando compañía. "Ya llevo la de Angus Young tatuada en el brazo, mira... AC/DC, siempre. La guitarra es de un grupo local que tocó un tiempo por la zona, pero no siguió; me la regalaron, y si alguien quiere que su guitarra esté expuesta y bien cuidada cuando se la quiera quitar, que me avise, que aquí lucirá. También quiero poner un vinilo personalizado que resuma la vida de este bar; la palabra que le da nombre me recuerda a los amigos de otros tiempos, a las juergas: siempre fue nuestra palabra para todo".

Pedro Mallada asiente al otro lado de la barra. Es de Almuniente y tiene una pequeña empresa de construcción. Trabajó en Huesca y desde hace tres lustros trabaja con su firma por los pueblos de alrededor. "Decidí probar aquí, tengo mi casa, completo con algo de agricultura. Me gusta vivir en el pueblo".

EMPANADICOS Y MUCHO MÁS

Javier Monesma Delgado representa a la segunda generación de la familia panadera por excelencia de Almuniente; ahora es él quien lleva el negocio junto a su hermano Alberto, aunque la familia ayuda en bloque. Ignacio y Encarna, sus padres, fundaron Ignacio Monesma e Hijos en 1969; los clientes, tanto los particulares como los corporativos, llaman ?Almuniente? al negocio.

"Lo primero que se hizo aquí, aparte del pan, fue la torta de cazuela de mi madre -recuerda Javier- y los farinosos. Enseguida empezamos con el empanadico: cultivamos nosotros las calabazas, hacemos el proceso completo. Cogieron fama y de ahí en adelante todo empezó a ir bien. Hacemos mucha repostería, desde la torta zorra a la torta de miel, la Estepa de Monegros con la forma de la comarca, magdalenas, mantecados, además, la pastelería de la jefa se hace por encargo". "Lo que más hago en tartas ?replica Encarna, la aludida? son brazos de gitano, aunque también tienen mucha salida las tartas de nata-yema y nata-trufa". Encarna, por cierto, es andaluza de nacimiento, pero llegó a Almuniente en la adolescencia y el amor le hizo echar raíces.

Monesma e Hijos reparte desde siempre en Valfonda, Torres de Barbués y Barbués: ahí la furgoneta recorre las casas de los clientes. También tienen panadería en Grañén. "Desde que cerró la tienda del pueblo, en Almuniente también funcionamos como ?tienda del olvido? para cosas de primera necesidad, más allá de lo nuestro. Llevamos producto ?recalca Javier? a Sariñena, Almudévar y Huesca, y también nos distribuye Repostería el Somontano por su zona; una vez a la semana subimos al Pirineo y vamos a Zaragoza cada jueves, a Blansi en Conde Aranda y Baires en calle Las Cortes, en la Almozara; vemos que el empanadico tiene muchos seguidores por Zaragoza, quizá porque es más complicado encontrarlo allí: es una tradición oscense".

cat: Turismo y promoción, vaobulcary: 3089500