Las dos formaciones cuentan con un importante número de jugadores vinculados al pueblo.
Por primera vez en su historia, Frula contará con dos equipos de fútbol en competición, una formación de Segunda Regional y otra de Juveniles. «Hemos trabajado mucho, confeccionando las plantillas y buscando apoyos, y finalmente, lo hemos conseguido; estamos felices e ilusionados», señala la presidenta de la Asociación Deportiva Frula, Eva Lozano.
Para un pueblo, el fútbol es vida, ya que, tal y como explica, proporciona una motivación para salir y socializar y además, ofrece grandes momentos de alegría compartida. También favorece la promoción de hábitos de vida saludables entre los más jóvenes. «Se trata de algo más que fútbol. A las personas mayores, les ofrece un lugar donde reunirse el fin de semana, más allá de la habitual partida de guiñote o el café en el bar, y al resto, también, ya que tienes la ilusión de juntarte en el campo y disfrutar juntos de una misma actividad», indica Lozano.
El equipo de Segunda Regional encara su tercera temporada. Y lo hace con ilusiones renovadas. De hecho, la mitad de la plantilla está integrada por jugadores locales o vinculados a la localidad. En total, son 22, con edades que van de los 19 a los 45 años. El equipo Juvenil, recién creado, también está prácticamente al completo, con 20 chavales de 16, 17 y 18 años de edad.
Durante este fin de semana, los vecinos y vecinas tienen una doble cita con sus equipos en el campo El Pedregal. Mañana, sábado, a las 12.00 horas, el equipo juvenil de Frula se enfrentará a la Escuela Huesca. Y, al día siguiente, domingo, será el turno del equipo de Segunda Regional, que se medirá al San Jorge. Será a las 17.30 horas.
El alcalde del municipio, Joaquín Monesma, también muestra su satisfacción con este nuevo hito deportivo, que, tal y como señala, es fruto del trabajo desinteresado de muchas personas y del apoyo de varias empresas, que han aceptado colaborar con los dos clubs y patrocinar sus equipamientos. En su opinión, la creación de los equipos es además «un símbolo evidente de la vitalidad de la población».